La Verdad.. está en las Calles. (A. Artaud)
El Teatro, como expresión humana, encuentra sus orígenes desde los comienzos de la historia. El hombre, animal inquieto y versátil, ha tenido siempre la necesidad de comunicar sobre sí mismo, sobre el mundo que le rodea, sus divinidades, las fuerzas de la naturaleza y todo aquello que hace posible un mundo que representar. Así, diversas formas y expresiones artísticas han sido parte de este proceso en constante evolución; un proceso social, cultural y por que no decirlo, muchas veces político, propio de la expresión de lo naturalmente humano.
La historia del teatro Callejero en Chile, posee un gran exponente y Maestro, Andrés Pérez, quien reivindica desde lo popular, tanto en contenidos como en estética, un teatro cien por ciento representativo de la sociedad chilena y su idiosincrasia, acercando de esta manera, el teatro a la gente y a los sectores mas desprovistos de actividad cultural.
Compañías Callejeras, como la Cía. De Títeres Tekay, de más de cuarenta años de trabajo y con más de 500 muñecos fabricados hasta ahora, han dando cuenta en su quehacer y trayectoria, de la existencia de un oficio artístico y popular vigente hasta nuestros días. Así mismo, la Cía. de Teatro Equilibrio Precario, que lleva a las calles y al teatro uno de los textos del Escritor Chileno Carlos Droguett, con su obra El Ñato Eloy, entre otras, han sido parte también del desarrollo del Teatro Callejero en Chile, siendo inspiradores e impulsores de las nuevas compañías de teatro que gustan del juego que propone la calle, su acercamiento con el público y la ocupación del espacio público como escenario para que la comunidad se acerque a la cultura.
En este ir y venir de compañías, artistas callejeros, itinerantes y trotamundos en vista del legado de grandes maestros, trabajo e historias ya trazadas en otros tiempos, lugares y espacios, surge de manera espontánea la Primera Explosión de Arte Callejero, como respuesta a un movimiento artístico callejero teatral que ya existía pero que aun no lograba unificarse. Así, la Primera Explosión detona en la zona norte de Santiago y es impulsada por la Cía. chilena Gran Reyneta en Diciembre del año 2006, quienes bajo su propia iniciativa intentan abrir espacios y convocar a las distintas compañías teatrales que ya desarrollaban su trabajo en el escenario público con el fin de reivindicar el derecho que tenemos a este y la necesidad de generar una instancia en donde se de el encuentro para presentar sus realizaciones y trabajos; como el colectivo La Patogallina, Cía. La Patriótico Interesante, El Colectivo Teatral Plancton, La Cía. de Payasos chilena Joligud Broders, Alamala Teatro, El Teatro del Aire y la prestigiosa Banda Conmoción entre otros.
De esta forma, se logra una verdadera Explosión Artística callejera unida en torno a la cultura, la alegría y la fiesta popular. Más de 2000 personas asistieron a este encuentro de las artes ubicado en esos entonces en la Plaza la Paz, comuna de Recoleta (Santiago), frente a las puertas del Cementerio General, en un entorno simbólico, propio del teatro y su religiosidad, su carácter festivo, pagano y la comunión con la muerte.
De esta manera, se comienzan a perfilar los años venideros de un proyecto e instancia única e irrepetible con proyecciones a través del tiempo para rescatar así las artes callejeras en Chile y asegurar el desenvolvimiento pleno en el desarrollo artístico y cultural de un país y la integración de artistas, público y entes sociales en la búsqueda de su idiosincrasia.
Así, el Festival dentro del Primer Año se organiza en una producción de manos de los artistas Marcela Silva y Sergio Pineda en conjunto con el Centro de Estudios del Hospital San José ubicado a una cuadra del evento, que hacen posible la facilitación del espacio perteneciente a la Municipalidad de Recoleta y administrado por el Cementerio General, motivando de esta manera la iniciativa artística de recuperar los espacios públicos para la gente, los artistas y la comunidad.
Esta iniciativa se mantiene en el tiempo, repitiéndose en el 2007, momento en que se configura como un festival que propone la producción y el fomento de las artes y la actividad cultural del país, presentándose como una plataforma para los artistas y compañías consolidadas y emergentes en el quehacer teatral y callejero, dentro de la nación y hacia el mundo.
Así, la convocatoria esta vez se amplia y encontramos disciplinas tales como la Danza, el Circo, las Artes visuales, la Performance y la Poesía de manos de artistas unipersonales y cías. que quisieron sumarse en esta II Explosión y ser parte de toda esta iniciativa, apoyada además mediante la Autogestión y organización conjunta. El Colectivo Kabeza de Zebra, Colectivo Kontra-Korriente y la Virgencita Peregrina de las Artes, La Rueda Coja, El Forestal Activo, Cía. De Circo Ciclownautas, El colectivo de Improvisación Teatral MAMUT, el artista callejero siempre en viaje, El Kote y la emblemática presencia de la compañía Equilibrio Precario, entre otros, sumados a quienes ya habían estado en la versión anterior, fueron quienes lograron materializar nuevamente esta iniciativa.
Es, en la II Explosión de Arte Callejero, donde comenzamos a ver los lineamientos claros de ésta; por una parte la factibilidad de poder realizar un festival con historia y proyecciones a través del tiempo, de carácter integrador, de rescate de la expresión popular y la búsqueda de una identidad conjunta; además de una visión cosmopolita de intercambio cultural en el que participen artistas de otros lugares del mundo, como así mismo los nuestros viajen afuera mostrando lo que aquí a pulso se realiza.
Dentro de esto, nos encontramos con algunas dificultades claras a la hora de desarrollar esta actividad y solventar los gastos económicos que toda esta producción implica.
Si bien, el Festival por dos años consecutivos, y aun mas en su II versión, se pudo realizar mediante la gestión de fondos propios y gracias al trabajo, entrega y colaboración directa de todos sus artistas, es indiscutible el desgaste que todo esto provoca, por el mismo amor al arte que lo impulsa y la necesidad de dignificar la labor social que se realiza, dentro del poco apoyo existente para este tipo de manifestaciones.
Por otra parte, el acceso a los espacios públicos en nuestros días, está sometido a ciertas restricciones burocráticas por parte de los poderes administrativos del Estado y su Constitución, debido al otorgamiento de “permisos” para utilizarlos y el arresto y hostigamiento de la fuerza policial por no tenerlos y la poca valoración y reconocimiento que se tiene por el arte popular y su desarrollo cultural dentro del país.
Así también, las demandas teatrales avanzan en cuanto a requerimientos técnicos necesarios para llevar a cabo sus propuestas artísticas a fin de estimular la comunicación e interés del público, invadido por el fenómeno de la Televisión, presentándose como espectáculos de alto nivel, por lo que es necesaria una producción técnica que sí pueda solventar dichas necesidades y hacerse a la vez cargo de su gestión.
El Recurso Humano para poder hacer posible estas iniciativas y fortalecer este encuentro con el arte popular, es lo primordial y fundamental en esta tarea, desde el publico asistente hasta las municipalidades, juntas de vecinos, artistas y todos los entes participativos que hacen posible este fenómeno social y cultural; para que así el hombre sea sujeto activo de su propia realidad social creada. Nosotros que vivimos las historias, somos los llamados a contarlas...
Ahora bien, el artista deberá contar con el apoyo necesario para realizar y remunerar su trabajo, desde la necesidad de un público, como así también del transporte para llegar al encuentro y su debida alimentación, sumados a los requerimientos técnicos que necesite.
El público por su parte o los asistentes se reencontraran con un espacio vivo y abierto hacia la comunidad, pudiendo disfrutar libremente de la actividad cultural que se geste y desarrolle.
Favorecer mediante gestiones eficientes y apoyar con recursos materiales y económicos esta iniciativa, es la mejor respuesta al trabajo y labor social que esto implica, como bienestar para todos y cada uno de nosotros.
Así, facilitar espacios y generar condiciones aptas y confortables para que tanto artistas como asistentes a la actividad puedan desarrollarse conjunta y gratamente, favorece aun más el rescate de la memoria colectiva, nuestra historia, nuestro pasado, quienes somos, y hacia donde vamos también.
La Tercera Explosión esta vez reúne y convoca a más artistas, siempre dentro del rescate y generando espacios libres para que estos puedan desarrollar y presentar su trabajo. Siendo los propios Organizadores y Artistas, los primeros en Auspiciar el Evento, gracias al trabajo y labor que cada uno de estos realiza. Buscando dentro de sus medios y entrega, la integración de talleres dentro del programa, tanto para el público en general que nunca se ha encontrado con la expresividad del teatro, como así también para los artistas callejeros que también necesitan perfeccionamiento y formación para mejorar su calidad artística.
El Teatro, como expresión humana, encuentra sus orígenes desde los comienzos de la historia. El hombre, animal inquieto y versátil, ha tenido siempre la necesidad de comunicar sobre sí mismo, sobre el mundo que le rodea, sus divinidades, las fuerzas de la naturaleza y todo aquello que hace posible un mundo que representar. Así, diversas formas y expresiones artísticas han sido parte de este proceso en constante evolución; un proceso social, cultural y por que no decirlo, muchas veces político, propio de la expresión de lo naturalmente humano.
La historia del teatro Callejero en Chile, posee un gran exponente y Maestro, Andrés Pérez, quien reivindica desde lo popular, tanto en contenidos como en estética, un teatro cien por ciento representativo de la sociedad chilena y su idiosincrasia, acercando de esta manera, el teatro a la gente y a los sectores mas desprovistos de actividad cultural.
Compañías Callejeras, como la Cía. De Títeres Tekay, de más de cuarenta años de trabajo y con más de 500 muñecos fabricados hasta ahora, han dando cuenta en su quehacer y trayectoria, de la existencia de un oficio artístico y popular vigente hasta nuestros días. Así mismo, la Cía. de Teatro Equilibrio Precario, que lleva a las calles y al teatro uno de los textos del Escritor Chileno Carlos Droguett, con su obra El Ñato Eloy, entre otras, han sido parte también del desarrollo del Teatro Callejero en Chile, siendo inspiradores e impulsores de las nuevas compañías de teatro que gustan del juego que propone la calle, su acercamiento con el público y la ocupación del espacio público como escenario para que la comunidad se acerque a la cultura.
En este ir y venir de compañías, artistas callejeros, itinerantes y trotamundos en vista del legado de grandes maestros, trabajo e historias ya trazadas en otros tiempos, lugares y espacios, surge de manera espontánea la Primera Explosión de Arte Callejero, como respuesta a un movimiento artístico callejero teatral que ya existía pero que aun no lograba unificarse. Así, la Primera Explosión detona en la zona norte de Santiago y es impulsada por la Cía. chilena Gran Reyneta en Diciembre del año 2006, quienes bajo su propia iniciativa intentan abrir espacios y convocar a las distintas compañías teatrales que ya desarrollaban su trabajo en el escenario público con el fin de reivindicar el derecho que tenemos a este y la necesidad de generar una instancia en donde se de el encuentro para presentar sus realizaciones y trabajos; como el colectivo La Patogallina, Cía. La Patriótico Interesante, El Colectivo Teatral Plancton, La Cía. de Payasos chilena Joligud Broders, Alamala Teatro, El Teatro del Aire y la prestigiosa Banda Conmoción entre otros.
De esta forma, se logra una verdadera Explosión Artística callejera unida en torno a la cultura, la alegría y la fiesta popular. Más de 2000 personas asistieron a este encuentro de las artes ubicado en esos entonces en la Plaza la Paz, comuna de Recoleta (Santiago), frente a las puertas del Cementerio General, en un entorno simbólico, propio del teatro y su religiosidad, su carácter festivo, pagano y la comunión con la muerte.
De esta manera, se comienzan a perfilar los años venideros de un proyecto e instancia única e irrepetible con proyecciones a través del tiempo para rescatar así las artes callejeras en Chile y asegurar el desenvolvimiento pleno en el desarrollo artístico y cultural de un país y la integración de artistas, público y entes sociales en la búsqueda de su idiosincrasia.
Así, el Festival dentro del Primer Año se organiza en una producción de manos de los artistas Marcela Silva y Sergio Pineda en conjunto con el Centro de Estudios del Hospital San José ubicado a una cuadra del evento, que hacen posible la facilitación del espacio perteneciente a la Municipalidad de Recoleta y administrado por el Cementerio General, motivando de esta manera la iniciativa artística de recuperar los espacios públicos para la gente, los artistas y la comunidad.
Esta iniciativa se mantiene en el tiempo, repitiéndose en el 2007, momento en que se configura como un festival que propone la producción y el fomento de las artes y la actividad cultural del país, presentándose como una plataforma para los artistas y compañías consolidadas y emergentes en el quehacer teatral y callejero, dentro de la nación y hacia el mundo.
Así, la convocatoria esta vez se amplia y encontramos disciplinas tales como la Danza, el Circo, las Artes visuales, la Performance y la Poesía de manos de artistas unipersonales y cías. que quisieron sumarse en esta II Explosión y ser parte de toda esta iniciativa, apoyada además mediante la Autogestión y organización conjunta. El Colectivo Kabeza de Zebra, Colectivo Kontra-Korriente y la Virgencita Peregrina de las Artes, La Rueda Coja, El Forestal Activo, Cía. De Circo Ciclownautas, El colectivo de Improvisación Teatral MAMUT, el artista callejero siempre en viaje, El Kote y la emblemática presencia de la compañía Equilibrio Precario, entre otros, sumados a quienes ya habían estado en la versión anterior, fueron quienes lograron materializar nuevamente esta iniciativa.
Es, en la II Explosión de Arte Callejero, donde comenzamos a ver los lineamientos claros de ésta; por una parte la factibilidad de poder realizar un festival con historia y proyecciones a través del tiempo, de carácter integrador, de rescate de la expresión popular y la búsqueda de una identidad conjunta; además de una visión cosmopolita de intercambio cultural en el que participen artistas de otros lugares del mundo, como así mismo los nuestros viajen afuera mostrando lo que aquí a pulso se realiza.
Dentro de esto, nos encontramos con algunas dificultades claras a la hora de desarrollar esta actividad y solventar los gastos económicos que toda esta producción implica.
Si bien, el Festival por dos años consecutivos, y aun mas en su II versión, se pudo realizar mediante la gestión de fondos propios y gracias al trabajo, entrega y colaboración directa de todos sus artistas, es indiscutible el desgaste que todo esto provoca, por el mismo amor al arte que lo impulsa y la necesidad de dignificar la labor social que se realiza, dentro del poco apoyo existente para este tipo de manifestaciones.
Por otra parte, el acceso a los espacios públicos en nuestros días, está sometido a ciertas restricciones burocráticas por parte de los poderes administrativos del Estado y su Constitución, debido al otorgamiento de “permisos” para utilizarlos y el arresto y hostigamiento de la fuerza policial por no tenerlos y la poca valoración y reconocimiento que se tiene por el arte popular y su desarrollo cultural dentro del país.
Así también, las demandas teatrales avanzan en cuanto a requerimientos técnicos necesarios para llevar a cabo sus propuestas artísticas a fin de estimular la comunicación e interés del público, invadido por el fenómeno de la Televisión, presentándose como espectáculos de alto nivel, por lo que es necesaria una producción técnica que sí pueda solventar dichas necesidades y hacerse a la vez cargo de su gestión.
El Recurso Humano para poder hacer posible estas iniciativas y fortalecer este encuentro con el arte popular, es lo primordial y fundamental en esta tarea, desde el publico asistente hasta las municipalidades, juntas de vecinos, artistas y todos los entes participativos que hacen posible este fenómeno social y cultural; para que así el hombre sea sujeto activo de su propia realidad social creada. Nosotros que vivimos las historias, somos los llamados a contarlas...
Ahora bien, el artista deberá contar con el apoyo necesario para realizar y remunerar su trabajo, desde la necesidad de un público, como así también del transporte para llegar al encuentro y su debida alimentación, sumados a los requerimientos técnicos que necesite.
El público por su parte o los asistentes se reencontraran con un espacio vivo y abierto hacia la comunidad, pudiendo disfrutar libremente de la actividad cultural que se geste y desarrolle.
Favorecer mediante gestiones eficientes y apoyar con recursos materiales y económicos esta iniciativa, es la mejor respuesta al trabajo y labor social que esto implica, como bienestar para todos y cada uno de nosotros.
Así, facilitar espacios y generar condiciones aptas y confortables para que tanto artistas como asistentes a la actividad puedan desarrollarse conjunta y gratamente, favorece aun más el rescate de la memoria colectiva, nuestra historia, nuestro pasado, quienes somos, y hacia donde vamos también.
La Tercera Explosión esta vez reúne y convoca a más artistas, siempre dentro del rescate y generando espacios libres para que estos puedan desarrollar y presentar su trabajo. Siendo los propios Organizadores y Artistas, los primeros en Auspiciar el Evento, gracias al trabajo y labor que cada uno de estos realiza. Buscando dentro de sus medios y entrega, la integración de talleres dentro del programa, tanto para el público en general que nunca se ha encontrado con la expresividad del teatro, como así también para los artistas callejeros que también necesitan perfeccionamiento y formación para mejorar su calidad artística.
Educándonos todos en la construcción de una Sociedad más Digna y Libre, que se fortalece desde las bases y reinventa constantemente.
Integrándose además compañías extranjeras que quieren ser parte de esta Explosión Callejera, no tan sólo a nivel nacional, sino extendiendo las fronteras, para estrechar lazos dentro de una identidad conjunta y Latinoamericana. (Cia. Elenco de Ouro, Brasil)
Con el Propósito de sacar el teatro de los teatros y llevarlo a la calle que es en donde más lo necesita la gente.
Consolidando el Arte Callejero como un Oficio real y existente que rescata desde sus orígenes la dignidad y expresividad de un Pueblo que busca crecer en Libertad, Educación y Cultura.
ENTRANSITO Teatro Mendicantes
